Propietario(a)
de mi redacción

Ante todo, estimado(a) alpha ten en cuenta que escribir y redactar no son la misma acción. El primero representa las palabras o las ideas con letras y signos trazados en papel o superficie y el segundo pone en orden y por escrito algo sucedido, acordado o pensado con anterioridad.

De esta manera, podrás identificar que redactar es lograr tu objetivo: comunicar y que se comprenda tu idea. Para ello debes presentar el orden de las palabras que componen tu mensaje. Además, las frases, oraciones y párrafos que conforman tu redacción deben estar relacionados entre sí y tener un orden lógico.

En este artículo deseo conozcas las Propiedades de la redacción, y que obtengas una recepción efectividad al emplear estas maravillosas técnicas en tus escritos profesionales:

1. Adecuación:

 Aspectos a tener en cuenta antes de redactar. Comienza por el tema que tratarás ya sea particular o general. Luego la intención comunicativa según lo que deseas expresar: divulgar, informar, entretener, etc. Continúa con el grado de formalidad del lenguaje culto, técnico o coloquial teniendo en cuenta a quiénes te diriges. Hasta la presentación del escrito según tipo de tipografía, espaciado, interlineado, disposición de imágenes y gráficos, tamaño del papel y el contexto en el que vas a presentar. En resumen, lenguaje adecuado de manera eficiente y con la intención correcta.

2. Coherencia:

La que más recomiendo estés al pendiente, pues te guía en la organización lógica de tu contenido y en que el lector comprenda tu mensaje. Esta propiedad consiste en dar unidad al texto cuando seleccionas las palabras adecuadas y las integras a tus oraciones.

  Antes de escribir debes organizar tus ideas de forma gradual y coherente; así darás sentido completo al párrafo y tu intención comunicativa será efectiva. Con estas preguntas lo lograrás: ¿cuál es el objetivo de mi mensaje?, ¿a quién me dirijo?, ¿por qué necesito informar esto?, ¿qué resultado deseo obtener?

3. Cohesión:

La unión de las anteriores propiedades, es decir saber enlazar el tema y la intención comunicativa al escribir. Asimismo, revisar que cada frase o idea esté relacionada de manera consecutiva. Tres procedimientos con ejemplo te especifican su uso:

Repetición o recurrencia: Repetir una palabra u oración con el propósito de reafirmar, enfatizar sobre tu idea. Ten en cuenta que la recurrencia debe ser bien empleada y de no exceder su presencia por más tres veces en un mismo párrafo.

Ejemplo: Adoro todas las fragancias cítricas de los Miller. Sus fragancias recrean entornos memorables.

Sustitución: Es una excelente herramienta que aporta fluidez y evita repeticiones al cambiar un elemento de la oración o frase por otro equivalente; por lo general se emplea con sustantivos, pero también con adjetivos, verbos y frases adverbiales.

Ejemplo: El agente de bienes raíces visitó la casa en venta. Solo que no cerró el contrato porque la vivienda fue por muchos años un hogar abandonado.

Elipsis: permite omitir un elemento de la oración que el lector comprende gracias al contexto; verbal con un verbo y nominal con un sustantivo o pronombre.

Ejemplo: El director presidirá la junta de inicio de semana, pronto estará trabajando en los nuevos proyectos.

Comienza a practicar las técnicas

Como ves existen varios aspectos que debes utilizar si de Propiedades de la redacción se trata. Ejercita a detalle cada una de estas y descubre cómo tus textos laborales, desde una carta de presentación hasta la propuesta de un nuevo proyecto, serán recibidos con agrado y notable compresión. ¡Éxito!

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